Arte de Emi Sepúlveda
En arte PUC
Examen de grado guiado por Voluspa Jarpa
Archivo Instagram: @emiemi.archive
Última actualización: 16 de enero de 2025muerto a la vida, a la muerte vivo
2023, diente, araña, abeja y caja con bordadola herida se encona con el polvo
2023, diente, araña, abeja y caja con bordadoPara esta instalación he pintado ángeles hechos de partes del cuerpo y órganos de insectos. Me interesa el contraste se lo que se considera sub-humano y de lo supra-humano, de lo divino. En el arte católico y cristiano, en parte la base de mi propuesta, los ángeles han aparecido con cuerpos humanos, alas, halos, reconocibles como un par salvo por la marca de extrañeza de la divinidad.
Es formalista, cómodo, que la manera de acercarnos al fragmento mensajero de la divinidad sea traerlo hacia lo familiar en vez de tratar de zafarse del ensimismamiento, en vez de acercarse a lo informe, misterioso, abismal que emerge del texto bíblico. Ezequiel describe a los ángeles que ve, primero que todo, como un huracán, luego como seres vivos, luego como humanos, como tetramorfos que siempre miran al frente: todo frente, toda dirección, sin volver la cabeza. Es el intento de describir algo indescriptible, una verdad apareciéndose en contradicciones superpuestas, inextricables. Los vacíos que deja la descripción son el vacío de una puerta abierta: más importante, incluso, que las palabras que delimitan sus bordes.
He usado a los insectos por el cotidiano desprecio que les tenemos, un desprecio que se balancea entre inconveniencia y la insignificancia; en que sean vidas tan cortas y ajenas que su mero cruce con las nuestras les signifique la muerte. El enajenamiento es el punto en común con lo divino. El deseo de acercarse a esta existencia ajena es lo que marca la diferencia. Los insectos tienen órganos, sistemas nerviosos que funcionan con, entre otros compuestos, seratonina y dopamina. Hace dos años leí un artículo sobre una investigación de la Universidad de Sydney, que en 2019 descubrió que las moscas sienten dolor crónico después de una lesión, y no me lo he podido sacar de la cabeza desde entonces. Nos relacionamos con violencia a estas criaturas, y se relacionan con violencia entre ellas. Nos relacionamos con violencia entre nosotros. Vivimos en un mundo violento, realidad con la que el texto bíblico libra batalla eterna; envolviéndola, absorbiéndola. Un Dios que lo es todo es, necesariamente, la totalidad de esta violencia, al mismo tiempo que es, necesariamente, la oposición a ella.
Pictóricamente, he superpuesto sobre los cuerpos extraños otras versiones menos extrañas de los mismos. Están los dibujos del Riesencodex de Hildegarda von Bingen, monja y mística, códice que recopila sus textos e ilustraciones de visiones divinas. Para las formas angelicales estudié las placas anatómicas del zoólogo Paul Pfurtscheller y también insectos muertos que he ido recolectando. Para la pintura misma vi la obra de Leonora Carrington, después de haber buscado algún punto medio entre el surrealismo de El Bosco y de Matta. Instalativamente, he dispuesto las pinturas a modo de via crucis y retablo de altar, siguiéndolos en formato pero cambiándolos en contenido. Es importante seguir lo ritual al tratar con teología: las repeticiones son lo que arrastran el significado.
También he escrito. Se me hace imposible dejar las palabras de lado; son el tejido conector entre la acumulación de historias orales antiquísimas, construidas una sobre otra, siglo sobre siglo, idioma sobre idioma, y la presente obra. Hay nombres de ángeles y personas bíblicas en hebreo, arameo, y griego, está el símbolo alfa y el omega, el principio y el final. Dios en escritura cuneiforme, en el hebreo ehye ’ăšer ’ehye, simultáneamente "yo seré el que seré", "yo estaré", "soy el que soy", "soy quien existe", el Nombre, la puerta abierta entre palabras.
Es importante que estos Nombres estén en la tabla central de la sala. Pinté una mano-- la mano metafórica de Dios-- extendiendo dedos hacia los lados, que se salen de cuadro y se transforman, hacia la izquierda, en Satanás atormentando a Job, y hacia la derecha en Gabriel en la escena de Anunciación. Me interesa la participación de Satanás como agente de Dios. La noción de una caída, de una separación del cielo, es posterior a la composición de la historia de Job. Ha-satan, el hebreo para Satanás, significa el-adversario, el-fiscal, una posición en la corte celestial que no es nada sin el resto de la corte celestial.
Con esta instalación, entonces, busco una manera entre mil maneras de expresar que la violencia y la salvación vienen de un mismo lugar, son parte de la misma cosa, el mismo ser incomprensible y abismal. Repetir, junto con el texto bíblico, que, a pesar de que la magnitud de esta violencia es inabarcable, también lo es su resistencia, también lo es todo lo que la precede y la sucede. Que, a pesar de todo, estar vivo es algo que vale la pena.
Add.: No sé qué tan legal es distribuir una memoria de obra escrita para la universidad, pero hay una, y son 40 pgs. Si le interesa, xfavor escríbame un mail a la dirección en "contacto".